retórica

Con el fin de liberar la interpretación arquitectónica creativa de las garras y la fidelidad de las preocupaciones insignificantes y circunstanciales de la retórica (forma por forma) y, especialmente, de la narración representativa del pasado (historicismo-eclecticismo), estamos persiguiendo una poética proyectiva de la arquitectura. Vemos en esta fenomenología del espacio la sustancia polimórfica, ondulante y onírica de la Arquitectura: la interrogación que es el núcleo frágil y preciso de la comprensión y la invención.

Arquitectura = la imposición al mundo de construcciones que éste nunca ha pedido y que previamente sólo existían como nubes de conjeturas en las mentes de sus creadores. La arquitectura es inevitablemente una forma de actividad PC [paranoico-crítica]. La transformación de lo especulativo en un irrefutable «ya está» es traumática para la arquitectura moderna. Al igual que un actor solitario que interpreta una obra absolutamente distinta a la del resto de los actores sobre el escenario, la arquitectura moderna quiere actuar sin pertenecer a la actuación programada: incluso en sus campañas de construcción más agresivas, insiste en su alejamiento de este mundo. Para esta subversiva «obra dentro de otra obra», ha elaborado una justificación retórica inspirada en el episodio paranoico-crítico de Noé en la Biblia. La arquitectura moderna se presenta invariablemente corno una oportunidad de última hora para la redención, una invitación urgente a compartir la tesis paranoica de que una calamidad exterminará a esa parte insensata de la humanidad que se aferra a las viejas formas del alojamiento y la coexistencia urbana: «Mientras todos los demás fingen de un modo estúpido que nada va mal, nosotros construimos nuestras arcas para que la humanidad pueda sobrevivir al diluvio que viene».

La estrategia fundamental del regionalismo crítico consiste en reconciliar el impacto de la civilización universal con elementos derivados indirectamente de las peculiarIdades de un lugar concreto… Es necesario distinguir entre el regionalismo crítico y los ingenuos intentos de revivir las formas hipotéticas de los elementos locales perdidos. El principal vehículo del populismo, en distinción por contraste con el regionalismo crítico, es el signo comunicativo o instrumental. Este signo trata de evocar no una percepción crítica de la realidad, sino . más bien la sublimación de un deseo de experiencia directa a través del suministro de información. Su objetivo táctico es conseguir, de la manera más económica posible, un nivel preconcebido de gratificación en términos de comportamiento. A este respecto, la fuerte atracción del populismo por las técnicas retóricas y la imaginería de la publicidad no es en modo alguno accidental. A menos que uno se proteja contra semejante contingencia, confundirá la capacidad de resistencia de una práctica crítica con las tendencias demagógicas del populismo.