Eugène-Emmanuel Viollet-le-Duc
(1) En primer lugar hemos de conocer la naturaleza de los materiales que hemos de emplear; (2) asignar a dichos materiales una función y fuerza relativas al objeto , de modo que las formas expresen con la mayor exactitud posible tanto esta función como esta fuerza ; (3) incluir un principio de unidad y de armonía en esta expresión, esto es, la escala, un sistema de proporciones, una ornamentación acorde con el fin y con una significación , pero tener en cuenta también la variedad que señale los múltiples aspectos de la necesidad esas a satisfacer.
La locomotora es casi un ser vivo, y su forma exterior no es sino la expresión de su fuerza. Así pues, una locomotora tiene estilo… La verdadera fisonomía de su energía brutal …
Restaurar un edificio no consiste en llevar a cabo trabajos de mantenimiento, reparación o reconstrucción, sino reestablecer en su totalidad un estado que puede no haber existido jamás.
Puestos a trabajar, estos materiales indican su función según la forma que se les de; que la piedra muestre su esencia, pierda; así también el Hierro ha de parecer Hierro y la madera, madera; Estos materiales ante adquirir las formas adecuadas a su naturaleza, creando una consonancia entre ellas.
Es una necesidad de atenerse a la verdad este punto de vista del programa y en relación con los procedimientos de construcción .
Existe el estilo absoluto, en el arte, y el estilo relativo. El primero domina toda concepción, y el segundo se modifica según el destino del objeto. El estilo que conviene a una iglesia no será adecuado para una vivienda privada: ese es el estilo relativo; pero una casa puede mostrar la huella de una expresión de arte (como un templo o un cuartel) independiente del objeto y perteneciente al artista o, más bien, al principio que ha tomado como generador: ese es el estilo.
Para el arquitecto, construir significa emplearla material en función de sus propiedades de su naturaleza, con el fin de satisfacer una necesidad utilizando los medios más simples y más duraderos , y para que la construcción refleje durabilidad y proporciones adecuadas sujetas a ciertas reglas impuestas por los sentidos, la razón y el instinto humano. Así pues, los métodos del constructor deberán variar en función de la naturaleza de los materiales, de los medios de que disponga, de las necesidades que deba satisfacer y del entorno cultural al que pertenezca.
Con el uso exclusivo del Hierro es prácticamente imposible lograr un local sano, templado en invierno, frío en verano, ajeno a las variaciones de temperatura los muros, las bóvedas de albañilería presentarán siempre ventaja respecto cualquier otra moda.
Los estilos son los caracteres que permiten diferenciar las escuelas y los períodos entre sí. Los estilos de arquitectura griega, romana, bizantina, románica y gótica difieren entre sí de tal manera que es fácil clasificar los monumentos producidos por estas diversas artes. Habría sido más cierto decir: la forma griega, la forma romana, la forma gótica, y no aplicar la palabra estilo a estas características particulares del arte.
El eclecticismo su mal, puesto que en el estilo queda necesariamente excluido
La composición arquitectónica de derivar necesariamente: 1. Del programa impuesto; 2. De las costumbres de la civilización en la cual se vive; para componer es esencial poseer un programa y tener un conocimiento preciso de dichas costumbres, usos, necesidades. Así pues, ha de insistirse en que, si bien los programas se modifican poco en cuanto lo sustancial, las costumbres de un pueblo civilizado, sus hábitos, se modifican sin cesar; en consecuencia, las formas arquitectónicas han de variar hasta el infinito.