Henry-Russell Hitchcock

Es ilusoria la impresión de que ahora avanzamos más rápido que en el pasado, excepto en lo relativo a la técnica. La técnica sólo es una parte de la arquitectura… Considerando las fases de la arquitectura desde 1750 como si formasen una unidad, y comparando ésta con una unidad anterior de la historia de la arquitectura sin duda igual de arbitraria (la arquitectura del periodo barroco), la rapidez de la evolución apenas parecería haber aumentado, como tampoco esa evolución parecería representar estéticamente nada que pudiese considerarse un progreso absoluto. La cuestión más crucial que permanece abierta hoy en día [1929] en la arquitectura es la de la relación entre la técnica y la expresión estética.

En la arquitectura, lo nuevo -cuando se basa sólidamente en nuevos métodos de construcción– al principio sólo puede ser apreciado por quienes comprenden esa construcción, ya sea de modo discursivo o intuitivo. Un edificio de hormigón armado no puede ser apreciado por los ingenuos que lo analizan consciente o inconscientemente en términos de mampostería o madera. La comprensión debe llegar a ser automática para la mayoría de la gente, ya que pocos se toman la arquitectura suficientemente en serio como para esforzarse en su valoración. Es algo que se consolida lentamente como resultado, aparentemente, de lo que equivale a un acto de fe… Y es que el aprecio por la arquitectura como expresión estética de la estructura terminaría de manera general si los métodos más recientes fuesen sustituidos continuamente por los que están en uso antes de que la confianza en estos últimos llegase a ser inherente e inconsciente. En realidad, al final es necesario cierto simbolismo, y no puede modificarse con éxito muy a menudo, igual que el simbolismo religioso.