Sigfried Giedion

¿Belleza? Bella es una casa que responde a nuestra manera de entender la vida; esto exige: luz, aire, movimiento, abertura. Bella es una casa que se apoya ágilmente y que se puede adaptar a todas las condiciones del terreno. Bella es una casa que permite vivir en contacto con el cielo y las copas de los árboles. Bella es una casa que en vez de sombras (ventanas con ‘parteluces) tiene luz (paredes acristaladas).

En el centro del desarrollo arquitectónico se encuentra ahora, sin duda alguna, el vivir; y más en concreto: la vivienda para cualquiera, la vivienda masiva. Ni a la fábrica, ni al edificio monumental se le concede ahora igual importancia. Esto quiere decir: desde hace mucho tiempo nos volvemos a ocupar del hombre.

En la arquitectura, como en un espejo, tratamos de encontrar reflejado el progreso que nuestro propio período ha efectuado hacia una mayor coincidencia de su personalidad, de sus peculiares limitaciones y posibilidades respecto a sus obras y a sus fines. La arquitectura puede ayudarnos a comprender la evolución de este proceso precisamente porque ella se halla íntimamente relacionada con la vida de una época considerada en toda su complejidad. Todo en ella, desde la predilección por ciertas formas, hasta la manera de acercarse a estudiar los problemas esencialmente constructivos que encuentra más naturales, todo refleja las condiciones de la época de la cual deriva. Es el producto de factores de todo género: sociales, económicos, científicos, técnicos y etnológicos. Por más que un período intente mistificarse, su auténtica naturaleza se manifestará a través de la arquitectura, lo mismo si expresa formas de expresión originales que si intenta imitar épocas pasadas.

Modo de vida, casa y producción provienen de la misma fuente: ¡el hombre! En todas partes trabaja el mismo hombre. En todas partes exigimos medios de formalización idénticos. No nos olvidemos: Las figuras disgregadoras del siglo pasado aún existen (academias, leyes estéticas de la construcción, etc.) pero estamos en camino de superarlas. A pesar de encontrarnos en un estadio inicial, nuestros conocimientos nos permiten constatar, por primera vez desde hace mucho tiempo, que las posibilidades que contiene la realidad están en consonancia con nuestros deseos internos. Sólo hay que desarrollarlas y perfeccionarlas.

En la actualidad necesitamos una casa cuya estructura global esté en armonía con una sensación corporal liberada mediante una manera de vivir de acuerdo con el deporte y la gimnasia: ligera, que deje entrar la luz, móvil. Que esta casa abierta sea también un reflejo del actual estado espiritual es sólo una consecuencia natural: ya no hay ningún que hacer aislado. Las cosas se interrelacionan.