Es evidente que el progreso técnico tiende a anular cada vez más la forma. Los dínamos de hoy son muy pequeños comparados con las gigantescas máquinas del pasado, y todas las formas técnicas, que los arquitectos intentamos en vano integrar hoy (radiadores, ciertos tipos de tuberías, etc.), según mi firme creencia desaparecerán o se harán tan pequeñas, que como formas ya no tendrán ningún significado relevante. No tiene sentido, por tanto, estabilizar de ningún modo su forma como referente artístico, para volver a caer en el error del liberty, que pretendía obtener una expresión decorativa universalmente válida para la arquitectura a partir de las formas excesivamente transitorias de la técnica.