Joseph Rykwert

[El huppah] era aún más, pues les suministraba -en un momento crítico- una mediación entre las sensaciones íntimas de sus cuerpos y el sentido del gran mundo inexplorado que les rodeaba. Por tanto, era la vez una imagen de los cuerpos de los ocupantes y un mapa , un modelo de la significación del mundo. Por esto debo postular una casa para Adán en el Paraíso. Pero no como refugio contra la intemperie, sino como un volumen que él pudiera interpretar en términos de su propio cuerpo y que además era una exposición del plan paradisiaco y en consecuencia le colocaba a él en su centr .

Mi tesis ha sido la existencia de un interés constante por la cabaña primitiva. Al parecer prácticamente todos los pueblos de todas las épocas han mostrado ese interés, y la significación atribuida a está elaborada figura no parece haber cambiado mucho de un lugar a otro, de una época aotra. En mi opinión, está significación persistirán el futuro y tendrá implicaciones permanentes e ineludibles en las relaciones entre cualquier edificio y su usuario.

El retorno a los orígenes es una constante del desarrollo humano y en esta cuestión arquitectura conforma todas las demás actividades humanas. La cabaña primitiva -el hogar del primer hombre- no es, pues, una preocupación incidental de los teóricos ni un ingrediente casual de mitos o rituales. El retorno a los orígenes implica siempre un repensar de lo que se hace habitualmente, un intento de renovar la validez de las acciones cotidianas, o simplemente un recordar la sanción natural (o incluso divina) que permite repetir esas acciones durante una estación. En el actual repensar por qué y para qué construimos, la cabaña primitiva retendrá, creo yo, su validez como recordatorio del significado original -y portando esencial- de todo edificio para la gente; es decir, el significado de la arquitectura. Sigue siendo esa declaración subyacente, ese núcleo intencional e irreductible que he intentado mostrar transformado por las tensiones entre diversas fuerzas históricas.