Tal vez ésta sea una frase un poco caída en desuso, pero todavía todo es acontecimiento. La arquitectura es diversión, y no por eso uno se está volviendo superficial. Tomemos alguno de los elementos con los que estamos trabajando en este momento: el equipamiento de una ciudad electrificada para hacer de ella una ciudad controlable, limpia, intercambiable y manuable. La vieja batalla entre el hombre, la calle y el vehículo nunca será ganada; simplemente será sobrepasada.
Ahora el edificio puede convertirse realmente en un animal: los elementos inflables e hidráulicos y los motores eléctricos de bajo costo han permitido obtener edificios animales que puedan crecer; y no sólo edificios más grandes, sino también más pequeños, diferentes, mejores. La ciudad no es sólo una serie de incidentes, sino una trama de incidentes.