La contingencia y la circunstancialidad histórica, así como la persistente particularidad sensual del artefacto, deben ser consideradas como incorporadas en el objeto arquitectónico; saturan la esencia misma de la obra. Cada objeto arquitectónico se coloca en una situación específica en el mundo, por así decirlo, y su manera de hacer esto limita lo que se puede hacer con él en la interpretación….. Se trata de una arquitectura que no puede reducirse ni a una representación conciliadora de las fuerzas externas ni a un sistema formal dogmático y reproducible. Si una arquitectura crítica ha de ser mundana y autoconsciente al mismo tiempo, su definición está en su diferencia de otras manifestaciones culturales y de categorías o métodos apriorísticos.